¿Necesitamos cambiar? Si alguno de nosotros tuviera en sus manos una lámpara mágica para pedir tres deseos para nuestro país, ¿qué pedirías tú?
Personalmente, creo que es importante desaprender muchas de las ideas que consideramos correctas para avanzar hacia un futuro mejor. A diario, vemos cómo un pequeño grupo de personas influye en nuestras decisiones, alejándonos del ideal de sociedad que muchos de
nosotros soñamos. Sin embargo, si simplemente nos quedamos esperando soluciones externas, corremos el riesgo de empeorar la situación y perder la oportunidad de ser agentes de cambio y mejora en nuestra comunidad.
Una de las formas en que puedes convertirte en un agente de cambio en tu entorno es a través de la educación. En este ámbito, tienes en tus manos el futuro de una comunidad: sus niños y adolescentes. El tiempo que estos jóvenes pasan en la escuela debe ser un espacio de inspiración, donde se les inculquen valores fundamentales como la empatía, la tolerancia y la aceptación de nuestras diferencias. Es crucial fomentar la humildad, ayudarlos a reconocer sus fortalezas y debilidades, y sembrar en ellos la semilla de la autoconfianza con mensajes como ‘yo puedo lograrlo’ y ‘no debo rendirme’.
Como bien sabemos, nadie puede ofrecer a los demás lo que no posee, y esto no se refiere únicamente a lo material o económico, sino también al conocimiento y los valores. Estos aspectos no se aprenden solo de libros o de memoria, sino que se asimilan a través del ejemplo. Por lo tanto, el primer paso que debo dar como docente es cultivar en mí mismo las herramientas que deseo transmitir a mis alumnos, de manera que, poco a poco, podamos generar un cambio significativo en ellos.
En la actualidad, resulta difícil, ya que el educador ha perdido importancia y respeto ante los ojos de los padres. Este es un reto adicional que debemos enfrentar para buscar y luchar por el cambio que anhelamos ver en la sociedad, una sociedad que, desde hace décadas, ha estado deteriorándose y que, hoy en día, podríamos considerar enferma. Este proceso requiere tiempo y conlleva caídas y retrocesos, pero no podemos rendirnos. Debemos persistir en esta lucha que clama por una transformación; un país que desea ver a los niños de hoy convertirse en los líderes de mañana, velando por el bienestar de la comunidad y regresando a esa tierra panameña que nuestros abuelos recordaban y narraban con tanto entusiasmo.
Como docentes, llevamos en nuestras manos una gran responsabilidad y un compromiso que asumimos desde el momento en que decidimos educar y formar a la sociedad. Cada mañana, recuerda la razón por la que elegiste estar en este lugar; esa vocación que brota del corazón y que no todos tienen la fortuna de experimentar. Haz que se valore, que se note. No será fácil, pero recuerda que todo lo bueno requiere tiempo. Lo que llega sin esfuerzo, se desvanece con la misma rapidez, y lo que no nos cuesta, rara vez lo valoramos. No te rindas; tenemos una labor crucial por delante. Sé que no es sencillo, que el camino puede ser tedioso y prolongado, y que tal vez no veamos avances inmediatos, pero créeme, sí está ocurriendo un cambio.
Recuerda que no todos los héroes tienen capa, a algunos nos llaman maestros.
Tatiana Martínez
Coordinadora Colectivos Pedagógicos